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10am.

Jackson Mitchell se encontraba en su mansión, cuando su mayordomo Joel ingresó al gimnasio donde estaba ese hombre ejercitándose, ya que le ayudaba a no estar estresado.

—Señor Mitchell. En las afueras, está solicitando ingresar el señor Andrés Adams —informó Joel seriamente.

Jackson dejó las pesas que sostenía de inmediato y tomó su toalla secándose el sudor.

—¡No lo dejes ingresar! —ordenó él tajante.

—Es que… Señor Mitchell, él ha venido en motocicleta y llueve demasiado…

—Lo hizo a propósito. No lo dejes ingresar —dejó en claro Jackson que se dirigió a la salida.

El mayordomo suspiró cabizbajo.

Si bien, sabía que algo muy grave debió hacerle Andrés Adams a Jackson.

Ese hombre era testigo de la amistad de ellos dos por años y sentía pena de que haya terminado de ese modo.

…..

Una hora más tarde, Jackson se dirigió al salón comedor mientras hablaba por teléfono con uno de sus informantes:

—¿Ya saben dónde está? —preguntó él molesto.

—Señor Mitchell, su es