Capítulo XII...
Valeria toma su teléfono y llama a la mansión de su hijo, Sofía atiende la llamada y le informa que el marqués está tomando una ducha, que ahora mismo le informará del parte de salud de Aranza, al irse el médico los abuelos se dirigen a ver a Aranza quien duerme usando una máscara de respiración nasal, y Diego se acerca para tomar la mano de su niña adorada.
-Si te viera tu madre…
-Don Diego…
-Doña Valeria, lo diré solo una vez, usted y mi esposa arrojaron a mi hija al infierno, no debí honrar la palabra de Aranza
Valeria entiende y asienta con la cabeza – comprendo su sentir Don Diego, y si Aranza desea divorciarse no me opondré
Diego asienta mientras mira a su hija dormir – espero que ese desvergonzado
-Sebastián no buscará a Lucía, me encargaré de eso – frunciendo el ceño
-Doña Valeria ¿en qué falló usted con su hijo?
-Lo malcrié, es verdad…
Al poco llega Sebastián y se dirige a la habitación de Aranza y la encuentra aún dormida, mientras que sus padres están con ella
-Mamá, papá…