A la mañana siguiente Rita, se despierta con el cuerpo adolorido, no sabe en qué momento se quedó dormida, pero al abrir los ojos se encuentra con la mirada de Connie.
-¿Estás bien?- le pregunta la morena.
-Lo estoy en la medida de lo posible, no sé en qué momento me dormí.
-Yo también me dormí un par de horas- ambas se giran a ver a Michaell, quien se remueve inquieto en el rincón de aquella fría cueva, en su improvisada cama- muero de frío.
-Yo también, me imagino lo cansada que debes estar, Connie.
-Pues lo que le dije al infeliz se cumplió. Me duele el culo, Rita- hizo una mueca que le provocó una extraña risa a Rita.
-Tu madre renegará de ti- le dice.
-Siempre lo hace- se encogió de hombros- hace mucho que dejó de preocuparme, piensa que mal gastó todo el dinero que según ella i