Cuando llegaron de su viaje, fue triste para ellos separarse, Hugh la había acompañado en un taxi hasta su departamento, la había ayudado con sus maletas y se había despedido en la puerta con un largo beso y la firme promesa de que volverían a estar juntos muy pronto.
Aprovechó de dormir algunas horas. Se supone que al regresar pasaría la noche con las chicas, así que debía llamarlas para ratificar su encuentro.
-¡RITA!- gritó Connie con alegría, lo cual la hizo sonreír.
-¡Hola, rubia!
-¡Al fin vuelves, te hemos extrañado mucho!, ¡debes contarnos todo!
-Y lo haré- responde riendo- sólo quería recordarles que nos vemos esta noche.
-Estaré allí, morena, quiero saber todo lo que pasó en Cancún, y cuando digo todo, es TODO, así que procura no esconderme nada, quiero los d