Kaleb:
Conduzco en dirección a casa. Mi móvil suena pero no tengo ganas, ni paciencia, de hablar con nadie así que lo dejo.
—¿Y así lo vas a dejar?, ¿Qué no ibas a salvarla? —pregunta Camilo, y es verdad. Yo tenía otro concepto de lo que iba a hacer y terminé haciendo todo un desastre.
—Pues en este momento no tengo nada más que decir —bufa
—La cagaste hermano y probablemente ella esté despedida ahora —asiento y estoy a punto de contestarle cuando me interrumpe—. ¿Te interesa?, la chica.
Lo miro de forma fugaz sin despegar demasiado la vista de la carretera y asiento. Él sabe que eso no es normal