—Onely Ospina, a mi regreso nos encerraremos en tu recámara y le dejaré muy claro lo que somos. —Me sonrojé—. Hoy no quiero besar a nadie más que a ti.
—Entonces no te tardes.
—Busca tu celular, te llamaré cada vez que pueda.
—Estaré con Yasar un momento, me va a preguntar algo. Hablamos más tarde, cuídate.
—Cuídate tú.
Le devolví el celular a Yasar.
—Estefany es su mejor amiga y regresó después de cinco años casada.
—Me siento tonta.
—Con ese cabezón. Es normal que reacciones a la defensiva. —sonreí.
—¿Qué me ibas a preguntar? —tomé asiento.
—Onely, ¿qué tan amigos era Braulio y Samuel? ¿Había más cercanía entre ellos?
—Al inicio de mi matrimonio sí, salían mucho, luego era normal, luego volvieron a ser muy amigos, me refiero a irse de paseos. ¿Por qué?
—Según la carta, tu esposo jamás te tocó. —afirmé—. Quiero mostrarte algo. Ven.
Al llegar al computador me mostró el rostro de Braulio y el mío. Era una foto con mi rostro actual. Miré a Yasar.
—¿Qué quieres que vea?
—Míralo de mane