CAPITULO 22
Ezra Lennox
—Bueno, señores Lennox, esto que se ve aquí en este círculo rojo es su pequeño bebé.
Contengo la respiración al escuchar el sonido fuerte y claro de un latido vigoroso; Blair me toma la mano y aprieta sus dedos alrededor de los míos, busco sus ojos por un segundo y veo como los suyos parecen brillar mucho más que la misma esmeralda que lleve en su mano izquierda. Ella me sonríe con timidez y vuelve la vista a la pantalla donde se apreció un fondo negro con algunos matices entre gris y blanco, donde una imagen un poco distorsionada se mueve por momentos; se supone que ese es mi hijo, el hijo que sin querer Blair y yo creamos.
Los ojos se me llenan de lágrimas y tengo que parpadear para alejarlas.
— ¿Qué tiempo tiene… él… nuestro bebé? —Titubeo al preguntar porque me da un poco de miedo que las fechas no coincidan con mis cuentas; mi corazón ahora late de prisa y el estómago se me ha hecho un nudo.
Creo que voy a vomitar.
—Oh, de acuerdo —la doctora comienza a de