—Entonces ¿Irás por tu esposa?— pregunta Evans a su hijo que se termina de alistar después de haber pasado la noche en casa de sus padres
— así es papá— Aarón se arregla la camisa negra, poniendo los gemelos de plata en cada puño y ordenando su cabello como siempre le gusta estar— es necesario asiente el general
— te felicito.
—Sé que confías en tus hijos y eso nos ha hecho ser lo que somos, nunca me cuestionaste— habla el capitán
— sí lo hice— responde el papá ante la extrañeza de su hijo— claro que me senté muchas veces y me daba vueltas la cabeza tratando de entender porque mi hijo le daba la espalda a su familia— forma las comillas en el aire— pero eso no duraba demasiado pues yo se lo que engendre— ambos hombres se miran serios para luego reírse y darse un abrazo entre gigantes.
Evans y sus hijos es como verse en un espejo y no solo por lo físico si no también por las actitudes tan marcadas que tienen en ellos, ninguno es idéntico al otro, es solo la esencia que cada quien mane