Amber.
Me lleva a los vestidores en todo momento se muestra amable conmigo pero algo en su mirada demuetra todo lo contrario.
-Espere aquí mientras yo le traigo algunos de nuestros mejores vestidos, dígame qué talla es un 8.
En esa última frase puedo escuchar una pista de desprecio y mejor decido usar mis verdaderas expleciones fáciales y no las finjidas de siemple, colocó mis manos en la cintura y le doy una mirada de desprecio.
-No soy tres de cintura, sinco de caderas y pecho.
-Haber que si encuentro algo que te quedé y que baja de acordé a ti.
Se da la media vuelta y yo me meto a uno de los vestidos es bastante grande tiene una banca y un gran espejo, me miro en el y desabrochó algunos botones de mi camisa y llegando a mi escote se puede ver una sicatris, paso la punta de mi dedo por ella y doy un suspiro, puedo escuchar los tacones de alguien asercandose y escucho lo voz de la dependiente.
-Dónde está señorita.
-Aquí.
La mujer abre la cortina y me mira con molestía.
-Que todavía