Narrador

Por sugerencia de leandro, lea compró un monto de prendas, las cuales usaría para sus siguientes salidas, el quería que ella luciera de la mejor forma, sin dar cabida a malos comentarios, sobre su apariencia, por ese motivo su elección fue de alta categoría, desde vestidos hasta zapatos.

Leandro escogió cada una de ella personalmente, su padre lo había citado para uno de mejores lugares de la ciudad y lea, su nueva conquista, tenía que lucir impecable

—Fue un placer atenderlo

Dijo la vendedora con una gran sonrisa luego de que leandro le dejara una gran propina por su excelente servicio, este solo asintió y con ayuda de su chófer ingreso a su auto el monto de compras

—La siguiente visita, es el salón de belleza

Dijo con convicción, el sabía muy bien que lea era alguien hermosa, pero un cambio de look no le caería nada mal, para acentuar sus atributos.

*** ***

Los dos descendieron del moderno auto y apenas ingresaron al costoso salón, los presentes quedaron atónitos ante la presencia del caballero tan guapo, era alto, mandíbula cuadrada y poseía unos ojos que hipnotizaban a cualquiera

—Tenemos una reservacion

comento leandro para luego dar sus datos, y enseguida se le fue asignado una estilista.

la chica con algo de insinuasion se acercó a leandro y le intento coquetear, pero este en lugar de seguirle el juego y responderle de igual forma, solo le dio una mirada de muerte

—Tu novio es amargado

Le Susurro esta a lea mientras intentaba estudiar su cabello para saber como lo teñiria y ella sonrio ampliamente al ver que leandro lucia algo molesto

–No es mi novio, es mi jefe

Corrigió y la estilista, observando cuerpo de leandro, un par de pensamientos pecaminosos llegaron a su mente

—Pero esta como quiere, yo que tu me metiera en su cama, con solo una noche a su lado yo quedaría feliz

Las mejillas de lea se tiñeron de rojo ante tal comentario, sería una mentira atroz decir que ella en ocasiones no se sintió seducida por la belleza de su jefe, pero debido a que era un hombre tan dificil de llevar lea aparto esos pensamientos de su cabeza

La estilista inicio su trabajo, el cual fue básicamente teñir, cortar y alisar, para cuando la chica culminó con lea, ya leandro estaba un poco astiado

—¿Falta mucho?

pregunto dispuesto a marcharse y dejar a lea allí con su chófer

—De hecho, ya hemos culminado

Dijo la atrevida estilista girando a lea sentada aun en la silla para que leandro contemplará el resultado final

Leandro se quedó estático observando a lea, desde su posicion, de verdad lucia mucho mejor y estaba más que convencido que con sus nuevas prendas luciría sensacional

*** ***

—Lea, en la noche mi chófer pasará por ti

Dijo el hombre con tono directo apenas llegaron al humilde hogar de su secretaria, la cual no había sido muy franca acerca de la existencia de su hijo, pero en cuanto a la dirección de su residencia, si dio los verdaderos datos.

Por obvias razones leandro apenas terminaron de hacer las respectivas compras, le dio el resto del día libre a su secretaria para que esta estuviera lista para la dichosa cena

*** ***

Horas después...

—Señorita, el señor leandro la está esperando

Comento el hombre mayor que lleva a leandro a todos lados y una enorme sonrisa se dibujo en su rostro al ver a lea, saliendo de su hogar con un hermosos vestido de color negro, ceñido al cuerpo, de lentejuelas, que dejaba sus hermosas piernas al descubierto

—Se ve muy hermosa, espero que no se ofenda

Comento el hombre en forma cariñosa, al ver que lea le recordaba a una de sus hijas

Por otra parte, ella tuvo que molestar a su madre, que se sentía algo mal para que cuidase al pequeño, no sabía a que hora regresaría y necesitaba dejarlo con alguien de confianza y que mejor que ella para cuidarlo

—Gracias, espero impresionar al padre del señor leandro

Dijo ella con sinceridad tomando la mano del caballero, que la ayudó a subir al auto, el trayecto al costoso restaurant fue en total silencio y apenas lea llego a este, en la entrada, leandro la esperaba vestido con un smoquin totalmente negro, que acentuaba a la perfección su mirada intimidante

—Te vez hermosa

Dijo el hombre entrelazando su brazo con lea, la cual estaba nerviosa, sus manos sudaban y su corazón martillaba de manera acelerada, aun así respiro profundo y se acercó a leandro, con los nervios de punta

—Señor, espero agradarle a su padre

Leandro nego enseguida al escuchar la forma en la que su supuesta novia se dirigió a el

—Lea, recuerda que eres mi novia y las formalidades serán solo cuando estemos en privado, aquí y frente a todos soy tu novio

Ella sonrio rígida ante tal petición ¿Cómo debía tratar su jefe que supuestamente era su novio?

—Esta bien, lean...

Ella intento decir su nombre pero las palabras se atascaron en su garganta

—Hagamos algo mejor...

Propuso leandro tratando de facilitar las cosas, al ver los nervios de la chica, desbordados por completo.

—¿Cual es tu comida favorita? ¿Algún postre, fruta?

Lea se mantuvo en silencio pensando en su postre favorito y enseguida uno de ellos llegó a su memoria

—Me encantan los poquesitos

Dijo recordando el delicioso postre

—Entonces llámame poquesito frente a todos, a mi no me molestaria y se supone que somos novios, así que los sobrenombre cariñosos siempre son recurrentes, además será nuestra palabra secreta para cuando te sientas acorralada

Propuso su jefe y lea sonrio de acuerdo a sus palabras

De pronto como si el destino estuviera en contra de la chica, el padre de leandro salió del distinguido lugar, para tomar algo de aire y encontró a la supuesta pareja conversando a una distancia prudente

—!Hijo!

Exclamó el progenitor acercándose para saludarlos a los dos con un cálido abrazo, leandro palmeo su espalda y cuando los dos estaban frente uno del otro los presentó oficialmente

—Padre, ella es lea...Lea el es mi padre Guillermo

Estos estrecharon su mano y como un acto de cortesía el hombre mayor deposito un casto beso en dorso de su mano

—Cuando mi hijo dijo que eras una mujer hermosa se quedó corto, querida lea, eres una obra de arte

Dijo el hombre mirando el cuerpo de lea con descaro y leandro sintió la sangre hervir ante la osadia de su padre