Simona observó el comportamiento de Aron y lo encontró bastante divertido. En el pasado, cuando solía hacer trucos como este cuando ella estaba enojada y no se molestaba en lidiar con él. Ella lo toleraba. Al inicio, creía que era una forma en que los hermanos expresaban su cercanía, así que lo dejaba pasar. Ahora, se rio y dijo:
—Aron, parece que te falta algo ahí arriba.No podía creer lo que estaba escuchando.—¿Qué dijiste?Este era su intento de encontrar una excusa para reconciliarse con su hermana y no esperaba que ella no lo creyera, incluso cuando él estaba siendo tan humilde y sumiso.—Dije que no tienes cerebro— replicó ella.Su voz subió algunas octavas, llena de un sentido de injusticia.—¿Me duelen las manos y los pies y a ti no te importa?Simona le lanzó una mirada.—¿Y por qué debería importarme?Después de eso, llamó a Keila y continuó caminando con el recipiente en la mano, d