Entrenar con Azael era todo un reto, me entrenaba hasta el límite pero lo agradecía pues había mejorado notablemente.
—jamás bajes la guardia —hablo con voz fuerte.
El vampiro frente a mi, sonrió con satisfacción al verme en el piso.
—otra ves —dijo Azael.
Me levante y lo golpee en el abdomen pero no le hizo mucho daño, levantó su pierna para golpearme a un costado pero yo la tomé y lo aventé al otro lado de la habitación, aparecí frente a él en un segundo y lo estampe contra el suelo, tomé sus manos para ponerla en su espalda e inmovilizarlo.
—es todo, bien hecho —Azael salió de la habi