Abby
Las puertas del elevador se abren en el último piso. Mi corazón sigue martillando con toda la fuerza, mi mano se va automáticamente a mi vientre, tengo que ser fuerte, Melani me respalda.
―Tranquila―me dice dando un apretón a mi brazo en señal de apoyo.
―Quiero que todo esto acabe―casi suplico en un susurro.
Melani intenta enderezarse con esas botas de tacón kilométricas, comienza a calmar los nervios, y como si fuese una actriz, su rostro de seria y concentrada en un segundo pasa de angelical y sonriente.
―Sígueme la corriente―dice decidida mientras da dos toques en la puerta dobles.
―Si...―le confirmo nerviosa.
― ¿Quién? ―se escucha la voz de