Máximo
Extrañamente lo quería, pero solamente con ella, podía imaginarla con mi camisa, descalza y sin nada de ropa interior debajo-una imagen demasiado caliente- su cabello castaño desparramado por la almohada mientras ríe por mis caricias bajo las costillas, un punto sensible de su cuerpo que la hace estremecer y romper en risa. Algo que recientemente lo había descubierto.
— ¿En qué tanto piensas, Galloway? —regreso a mi realidad y puedo ver a mi hermana de pie frente a mí con una sonrisa.
Niego rápido.
—En nada que te incumba, Melani.
—Oh, sí y me incumbe mucho, ¿Piensas en Abby? —levanto mi mirada de irritación.
—Melani, detente.
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