PDV: Viena
Estar de nuevo en su propiedad la cual se encontraba ubicada detrás de una entrada privada en hermosos terrenos me hacía comprobar que la residencia era una magnifica representación de la grandeza. A pesar de la forma en como me llevaba con Evan no podía dejar de pensar que tenía un gusto intachable, sin embargo, me llevaba a preguntarme cómo había podido obtener un lugar como el que posee, en ese pensar escuchaba su voz, profiriendo una orden como si fuese su empleada.
—Empieza a bajar, ya llegamos.
Ante eso lo mire con enfado y acate lo que indicaba. Dirigiéndome a la entrada escuche nuevamente su voz, una que empezaba a molestarme.
—¿Olvidas tu equipaje? ¿Qué esperas para bajarlo y llevarlo adentro?
—Pensé que tú lo harías.
—No soy tu empleado, es tu equipaje, es tu deber hacerlo.
—¿Siempre eres así?
—¿De qué hablas?
—De lo descortés, no tienes gentileza alguna.
—No tengo porque ser gentil contigo, el hecho de que vivirás aquí sabes perfectamente para que fina