La acompañé hasta la puerta y observé cómo su figura se desvanecía en la oscuridad de la noche. Sentí una profunda tristeza.
Sara ya lucha bastante en la vida, y aun así, hay personas que no dudan en clavarle un puñal cuando está vulnerable. ¡Es cruel!
Al regresar a casa, encendí la computadora y busqué un archivo que Diana me había enviado.
El documento contenía información sobre cientos de figuras prominentes en Ciudad de México, y entre ellos, estaba el nombre de Ammy Silverio.
Ella había encontrado el punto débil de Sara, pero yo también encontraré su talón de Aquiles, algo o alguien que le importe lo suficiente para hacerle probar de su propia medicina.
...
Al día siguiente, llegué temprano a la oficina. La recepcionista me lanzó una mirada significativa. Noté a dos hombres esperando en el vestíbulo, así que me acerqué y le pregunté en voz baja:
—¿Quiénes son?
—Se apellidan Pérez y quieren ver al señor Cruz.
«¿Pérez? ¿Serán parientes de Juan?» me pregunté.
—¿Ya llegó el jefe?
—Aún