5-Las palabras de Ihan.

- Siento no haber podido hacer más. – Dijo Ely, Habían regresado de Chile y se encontraban de nuevo en el refugio.

- No te preocupes. – Dijo Èliàn. – Hiciste lo que pudiste, fue suficiente.

- Pero no hice nada.

- Hiciste bastante. – Dijo Neithan. – Estuviste muy débil y aún así nos ayudaste. Es suficiente para mí. – Y le sonrió.

Todo estaba preparado para regresar a la nave. Àhlian ya se había ido con el libro de Noha para revisarlo. Èliàn y Neithan estaban junto al trasbordador mientras se despedían de los demás.

- Fuiste de gran ayuda. – Le dijo Èliàn a Jessica. – Espero que volvamos a vernos.

- Yo también lo espero. – Y ambas muchachas se abrazaron.

- Bueno, - Neithan hablaba con Edward. – Me alegro de que estés bien y fue un gusto conocerte.

- Lo mismo digo. – Ambos se dieron la mano.

- Bien. – Dijo Èliàn dirigiéndose a todos los que se encontraban presentes. – Muchas gracias por su ayuda.

- Espero que volvamos a vernos Èliàn. – Dijo Alanna.

- Yo también lo espero. – Le sonrió.

Ambos se despidieron con la mano, subieron al trasbordador y se alejaron rumbo a la nave. Cuando llegaron Àhlian se encontraba en el tablero de mando mirando el libro mientras lo limpiaba.

- ¿Es el libro que buscamos? – Preguntó Èliàn.

- Si. – Dijo su tía. – No queda ninguna duda. – Y se lo entregó.

- Bien. Lo llevaré con las demás reliquias. – Luego se dirigió a Neithan. - ¿Puedo llevarme eso? – Señaló el anillo que el muchacho tenía puesto.

- Oh, si por supuesto. – Dijo, se lo quitó y se lo entregó.

- Gracias. – Dijo la muchacha y salió de la sala dejando a Neithan y a Àhlian solos, rumbo a la habitación de las reliquias.

- Bien. – Dijo Àhlian. – Yo iré a descansar.

- Supongo que pondré la nave en marcha para buscar otra reliquia.

- Por ahora no creo que eso sea buena idea.

- ¿Por qué?

- No encontrarás ninguna cerca, al menos no que esté en poder de Mordana.

- ¿Por qué crees eso?

- Estuve observando el libro que tienen – Fue hacia el tablero de control y tomó un libro un poco desgastado. – Según lo que tiene aquí, ustedes tienen la pirámide de cristal, la reliquia de los siebras, los cuatro cristales de la galaxia Suarar, la moneda de piedra de Zoun, el anillo de bronce del planeta Cerpentoide, el espejo plateado, Saral el planeta de las hadas, el libro de oro, una de las reliquias de las galaxias gemelas, la llave de oro de Niana, los subyac de Drake y el reloj de la tierra.– Cerró el libro y lo volvió a poner sobre el tablero, en ese momento Èliàn volvió con ellos. – En resumen, casi todas las reliquias que poseía Mordana.

- ¿Qué quieres decir en concreto? – Preguntó Èliàn.

- Las reliquias no tienen, son las que nadie, ni siquiera Mordana ha podido encontrar.

- ¿Qué sugieres? – Preguntó Neithan. Àhlian sonrió.

- Iremos a otro lugar. La nave ya está programada, en cuanto lleguemos les explicaré el motivo. Por ahora, descansemos. – Les guiñó un ojo y salió de la sala.

- Bien. – Dijo Èliàn, - Ella tiene razón.

- Y, ¿No tendrías ningún problema si decido ir contigo?

- ¿A dónde? – Preguntó Èliàn.

- A descansar. – Neithan usaba un tono de falsa inocencia. Èliàn rió.

- No entiendo Neithan. – Él la besó.

- No importa. – Le guiñó un ojo y luego besó su mano. – Ve a descansar.

- ¿Y tú?

- Voy a tener una conversación con alguien a quien le debo algunas cuantas palabras.

- Ahnya. – Neithan asintió. Ella le sonrió y se alejó rumbo a su habitación.

Habían pasado aproximadamente tres horas cuando Neithan irrumpió en la habitación de Èliàn con brusquedad, haciendo que la muchacha despertara sobresaltada.

- Neithan. – Èliàn se sentó y se estrujó los ojos. - ¿Qué sucede? ¿Por qué entras así?

- Ven a ver esto.

- ¿Qué cosa?

- Es increíble, ven a ver a donde nos trajo tu tía.

Èliàn lo miró unos segundos y luego se levantó y lo siguió. En cuanto llegaron a la sala de mando, Àhlian ya se encontraba ahí, y Èliàn puso un gesto de sorpresa al ver la pantalla de la nave.

- ¿Armond? – Preguntó Èliàn. - ¿Por qué Armond? Estamos en las narices de Mordana ¿Estas loca?

- No, no lo estoy, no pueden vernos – Àhlian caminaba de un lado a otro apretando botones, los motores de la nave comenzaban a apagarse.

- ¿Por qué apagas la nave? – Preguntó Neithan. - No iremos hasta allá ¿O si?

- No. – Dijo Àhlian. – Nos transportaremos.

- Espera un momento. – Dijo Èliàn. – Estamos en Armond. Aquí se encuentra Mordana y probablemente la Emperatriz. ¿Pretendes que te sigamos hasta allá?

- Si.

- Àhlian, ¿Estas demente? – Preguntó Neithan. asombrado.

- No lo estoy. Voy a responder tu pregunta. – Dijo mirando a Neithan.

- ¿Cuál? La que dice ¿Estas demente?

- No. – Dijo Àhlian. – la primera. - Apago la nave - no es prudente que Mordana sepa que estamos aquí.

- Al menos dices algo sensato. – Dijo Èliàn.

- Ustedes ya han estado aquí.

- Que novedad. – Dijo Neithan con ironía. – ¿Quién no ha estado en Armond? A demás, recuerda que Èliàn y Jessica casi mueren.

- No hablo de Armond específicamente. – Dijo Àhlian. – Aquí en Armond. se encuentra una organización creada por los rebeldes del Emperador, - luego se corrigió. – De la Emperatriz. Esta organización fue creada por sus padres hace mucho tiempo. Antes de la caída de Shainy.

“En aquella época, Mordana aún no había sido descubierta ante todo Shainy, a pesar de que la reina conocía las intenciones de su hija. Èhlian e Ìhan viajaron durante largo tiempo en busca de aquellos que estaban en contra del Emperador, quien había comenzado a atacar el universo. Ìhan fue hacia las galaxias más lejanas y Èhlian estuvo cerca de Shainy. Ella visitó los planetas de Ols y las galaxias cercanas. Todo esto fue un tiempo después de que se uniera a tu padre, aproximadamente dos o tres años antes de que desapareciera.”

- Mi padre desapareció… - Èliàn comenzó, pero su tía la interrumpió pues al parecer sabía lo que iba a preguntar.

- Dos meses antes de que Èhlian descubriera que estaba embarazada de ti. Cuando se unió a Ìhan.

- ¿Por qué aquí? – Preguntó Neithan. - ¿Por qué en Armond? ¿A caso el emperador...? - se interrumpió y luego se corrigió. – ¿la Emperatriz no se encontraba aquí ya desde mucho antes de que Èhlian naciera o algo así?

- Así es. Pero nunca olvido las palabras de Ìhan. “Mientras más cerca estemos del enemigo, más seguros estaremos”. – Luego miró a Neithan. – Tú estuviste aquí, porque fue aquí a donde te traje cuando estabas herido.

- ¿Armond? – Preguntó Neithan anonadado. – De haberlo sabido no lo hubiera permitido.

- Lo se. Pero no estabas en posición de hacer eso.

- Lo que no comprendo es que cuando desperté me encontraba en un trasbordador. ¿Cómo me trajiste hasta aquí?

- Debía ser rápida. Aquí me dieron lo que necesitaba para curarte las heridas y mientras eso sucedía yo debía encontrar la ubicación de Èliàn. Despertaste algunos días antes de que lográramos encontrarla. - Ninguno de los dos dijo nada. - Bien, como no hay mas preguntas… - Èliàn le interrumpió.

- Espera. Dices que aquí hay una organización que lucha contra el emperador. – Àhlian asintió. - ¿Por qué no supimos de ella? Era probable que Sula y Bog lo supieran.

- Así es, pero no podían decirles nada hasta que alguien de la organización los buscara, en este caso, antes de que yo los encontrara. No tenemos un nombre, pero si un símbolo. – Àhlian fue hacia la mesa de control, presionó algunos botones y un símbolo apareció en la pantalla, - El emblema del Medallón de Shainy. Todos, o casi todos fueron reclutados por Èhlian e Ìhan. Ella me autorizó a mantener este lugar hasta que ustedes aparecieran. – Luego miró a Neithan. – Es el símbolo que llevan en sus capas. He estado buscándolos desde que cumpliste los veinte y dos años. – le dijo al muchacho.

- Pero ella sabía donde estábamos, pudo habértelo dicho.

- No lo hizo. Supongo que no tuvo tiempo de hacerlo. Tampoco fue prudente, la idea era mantenerte oculta. Esas respuestas las tendría a su debido tiempo.

- ¿Cómo nos encontraste entonces? – Preguntó Neithan.

- Tu madre me proporcionó las pistas necesarias.

- No lo entiendo. – Dijo Èliàn.

- No supimos de ti hasta que conecté el navegador de Ìhan al tablero de control de la base. Pero eso tampoco era prudente hacerlo. Lo conecté el día que llegaron las primeras noticias sobre tu repentina aparición. – Le dijo a Èliàn. – el navegador no me daba respuestas así que lo sincronicé con los radares de Armond y salí en tu busca. Seguí tus pasos y poco tiempo después el navegador comenzó a emitir las señales de tu ubicación.

- El transmisor – Dijo Neithan de pronto. – Ustedes lo colocaron en el navegador. Significa que cuando estábamos en Niana, en realidad nadie sabía que estábamos ahí.

- Sí lo sabían. – dijo Àhlian – Èhlian descubrió el transmisor en el navegador mucho tiempo después de que Mordana lo implantara. Ella lo conectó a nuestros radares. – Èliàn iba a decir algo, pero su tía parecía intuir lo que diría y se adelantó. – Nadie conocería la ubicación de la base. Sólo la ubicación del navegador. Era imposible evitar que ellos te encontraran. – Luego miró a Neithan. – Estuvo bien que lo destruyeran. – Hubo otro corto silencio. - Bien, ya que no hay más preguntas, debemos irnos.

Àhlian volvió a presionar algunos botones del tablero y luego volvió frente a ellos y les tendió a mano. Ellos no la tomaron al momento, parecían algo desconfiados.

- Si fuera espía o algo parecido, ya los hubiera traicionado.

Después de unos segundos de intercambios de miradas, los dos tomaron las manos de Àhlian y en poco tiempo se desvanecieron.

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