Neithan no le había prestado atención a otra cosa más que a la tumba donde había estado Oiluj unos minutos antes. La lápida decía Ìhan.
Neithan dio unos pasos hacia la tumba y se detuvo frente a esta.- Mi padre está aquí Èliàn. – Dijo y se dejó caer de rodillas. Bajó la cabeza y las lágrimas comenzaron a emanar. – Nunca lo encontré porque estaba en un mundo olvidado, destruido, muerto en vida. – Se sentó en el suelo. - No está con la persona que amó hasta el fin de sus días.Éliàn se sentó junto a él y apoyó su cabeza al hombre de Neithan, quien acarició su cara y le besó la cabeza.- ¿Sabes lo que quiero? – Le preguntó. Ella negó con la cabeza, mientras lloraba. – Que el día que muera pueda estar cerca de ti. – Levant