Capítulo 48 - Fue un delirio su boca

Se sentó en la cama, alzó una de sus cejas y desvió la mirada sonriendo un poco. Me acerqué al nochero, tomé el reloj. Lo hice con la intención de quedar a pocos centímetros de ella e instantáneamente mi verga se levantó aún más. No me moví, ella a duras penas respiraba. Al ver que no movió un solo dedo, respiré profundo, resignado una vez más a irme en blanco, no pasaría nada.

Abroché el reloj. Sin embargo, en ese instante surgió lo que yo llamaría un milagro. Verónica besó mi verga y está en el alto grado de necesidad, reaccionó poniéndose más dura. Mi respiración comenzó a alterarse. ¡Qué mierda era esto! ¿Acaso no era normal que me hicieran sexo oral?

La miré, sentada frente a mí, como siempre he soñado, dudó o tal vez se enfrentaba a ella misma en sí, seguía o no. Quería tomarla del cabello y pegarla para que succionara, deseaba que se tragara lo que tenía reprimido por su culpa.

No me moví, dejé que ella lo hiciera, su rostro se tornó rojo por lo realizado. No obstante, la noche
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