Capitulo 42

Después de la regañada que su asistente le dio a Caleb, el se centro en su rehabilitación, mientras recibía como todos los días informes de los movimientos de Dulce, ese era el único aliciente que tenia, ver como crecía su pancita y comía helado de chocolate con crema y lo disfrutaba con tanto deleite que hasta el quedaba satisfecho

— ¡Usted puede señor Alcalá!

—Te quisiera en mi lugar Sofia, esto duele de puta madre

—Lo imagino señor Alcalá, pero no quiero ni puedo hacerlo, su dolor debe sentirlo usted no es canjeable

—Odio esto Sofia

—Pasara cuando menos lo imagine, recuerde porque lo hace

—Es lo único bueno que has dicho últimamente, como esta mi Venus

El sudor frio rodaba por la frente de Caleb intentando levantar la pesa que tenía en el pie derecho, la fuerza que ejercía no era poca, pura convicción y perseverancia era lo que tenia, las fuerzas se las daba su Venus y ahora su pequeño engendro como él le decía, de verdad se esforzaba pero eso no le impedía seguir vigilando a la mu
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