Capítulo 2

—¿que fue eso?—

Me pregunté a misma con los nervios de punta.

—¿quien era ese hombre? era muy guapo pero...por esa misma razón Isabella, mantente cuerda ese tipo de hombre no lo volverás a ver en tu vida así que relájate, alguien así jamás se fijaría en una mujer como tú—

Mire mis ropas nada hermosas ni encantadoras y levante mis hombros, eso no bajaría mi autoestima bastante me costó volver a sentirme bien conmigo misma.

Cuando escuche el sonido de la campanita avisándome que él se había marchado suspiré y mire hacia afuera viéndolo caminar de prisa con con sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones y puso la capucha en su cabeza mirando hacia los lados.

no seguí pensando más en lo ocurrido de esta noche pero el perfume de este hombre estaba impregnado en mis ropas, varonil, fuerte, pero a la vez tan suave.

Terminé mis quehaceres sacudí mis manos y quité el delantal colocándolo en su lugar y caminando hacia la puerta en busca de mi abrigo que estaba al lado y como la noche estaba fría era necesario abrigarme, tomé mis llaves y apagué las luces, salí del lugar y cerré la puerta el viento sopló provocándome mucho frío y sople aliento caliente en mis manos y caminé hacia mi casa, vivía a dos cuadras y solían haber muchas personas en las calles a esta hora pero recordé que tardé más tiempo debido a la visita sorpresa que recibí a la hora de cerrar.

Las personas aquí no suelen estar hasta tarde en las calles el frío incrementa más pasada las diez de la noche.

Iba con algo de prisa porque sentía que alguien venía detrás de mi o solo era por mis miedos del pasado sin olvidar lo mucho que le temía a la oscuridad. Cuando iba a cruzar una calle corriendo sentí la mano de alguien rozarme la espalda pero no me detuve a mirar hacia atrás corrí como loca y llegué a mi casa tomando las llaves de bajo del masetero y abriendo la puerta cerrándola tras mio y tratando de ralentizar mi respiración, prendí la luz y me senté en mi pequeño sofá hasta lograr calmarme, cuando tuve el valor suficiente mire a escondidas por mi ventana pero no vi nada extraño, fui a mi habitación para prepararme para dormir.

***

Subo al carro y me siento culpable por no haberle dicho que si necesitaba un empujón a su casa aunque en lo poco que pude observar esta chica no es nada fácil de tratar, enciendo el carro y me dispongo a marcharme, al llegar a casa las rejas se abren y detengo el vehículo al lado de una vieja fuente de un ángel que adornaba el hermoso frente de la casa mientras que todo el alrededor estaba lleno de vegetación y muchas rosas Rojas.

Salgo y tomo conmigo mi teléfono mientras voy bajando mis pantalones, tomó la computadora y uno que otro aparato enciendo el celular y veo algunas cien llamadas perdidas y bufo, a veces olvido que manejo una empresa bastante grande y tengo una secretaría algo distraída pero excelente desarrollando su papel. Entro a la casa veo a las sirvientas terminar de recoger globos y unos que otros desperdicios de la fiesta de bienvenida de la cual me escape, y si, esa era la razón por la que huía, es algo complejo para mi tengo padres que aún no entienden que tengo treinta años de edad y que no deben manejar mi vida a su antojo o tal vez es culpa mía por haberme permitido ser tan permisivo con ellos.

—bruno giordano—

Dice mi mamá al verme entrar a la casa su cara es un poema de mal gusto suspire profundo y espete

—madre estoy bastante cansado hoy, no estoy para sermones pero mañana estaré disponible para lo que sea que quieras reclamarme, te amo pasa buenas noches—

Doy un beso en su frente y me marcho sin dejarla terminar de hablar claro esta logrando que se enfade más.

Toc toc toc

Escucho la puerta romperse en mi oído busco el despertador para ver la hora 6:am de la mañana, con pesadez me levanto tengo pantalones de pijama puestos estiro mi cuerpo y mis pies sienten lo suave de la alfombra voy directo a la puerta y la abro

—madre acabas de dañar mi rutina matutina se supone que debo dormir 8hrs para no perder concentración ni colágeno por supuesto—

La veo mirarme con decepción y sin importarle entra y me empuja

—no me importa si has despertado antes de tiempo ahora me vas a escuchar jovencito, no es justo que te halla preparado una hermosa bienvenida y que simplemente hallas salido huyendo de casa dejando a todos los invitados plantados es de muy mal gusto bruno—

Tome a siento mientras escuchaba a mi madre hablar pero antes me serví un vaso de agua y tomé una de mis patillas de colágeno, las tomo desde que cumplí mis 25 años de edad.

—madre no es posible que tú y papá no puedan entender que me gusta que respeten mi espacio privado además que es eso de traer tantas personas y sobre todo a Violeta Maxwell, si tú y mi padre me obligaron a venir hasta acá por lo menos respeten mi privacidad, nada de fiestas, nada de espectáculo y sobre todo nada de querer volver a juntarme con violeta porque no va a suceder—

Con sutileza mi madre se sentó a mi lado y tocó mi hombro una artimaña para lograr convencerme de algo en lo que no estoy de acuerdo.

—hijo mío entiendo y se a la perfección que odias estas cosas tal vez solo me deje llevar del momento y la emoción de saber que mi hijo, mi único hijo volvería a vivir con nosotros pero tu padre es viejo y no quiere morir sin verte feliz con una familia y quien mejor que violeta para que tengas una familia poderosa y llena de felicidad con algunos hijos de por medio, se que ella estaría encantada de ser la madre de tus hijos, ya me los imagino tan guapos como su padre—

Se levantó del sofá mientras me iba explicando detalladamente cómo debía realizar mi vida.

Brrrzzz- el zumbido de mi celular el cual estaba en vibrador

—¡buenos días! Si...—

Mamá arrebató el teléfono de mi mano y cerró la llamada dejándome sorprendido

—no viniste aquí a trabajar viniste a casarte y eso es en lo único que debes concentrarte—

—a ver madre ¿que parte de respeten tú y mi padre mi privacidad no entendieron? No voy a casarme solo porque ustedes quieran—

—eso está por verse—

Se arreglo la chaqueta que llevaba puesta y salió de mi habitación molesta, respire profundo y me senté en mi escritorio, prendo la computadora veo que tengo mas de cincuenta correos sin leer trato de acceder a ellos pero no puedo.

—por Dios para que traje a Gladis si no va hacer su trabajo—

Tomó el teléfono y la llamo muy molesto porque no puedo acceder a los correos

—señor buenos días ¿que se le ofrece?—

—¿en serio Gladis me preguntas que se me pasa? Me podrías decir ¿por qué hay cincuenta correos sin leer y por qué no puedo acceder a ellos?—

Ella conocía muy bien mi tono de hablar pude escucharla nerviosa cuando intento darme una explicación pero no podía elegir una mejor que Gladis para que sea mi secretaria, es la única que jamás se a interesado en mi

—señor es que su padre ha pedido que bloqueen el acceso de usted a los correos y cualquier cosa que tenga que ver con trabajo paso anoche luego de que usted haya escapado—

—¡maldición!—

—¿señor acaba de decir una grosería?

—no solo escuchaste mal, iré a charlar con mi padre te espero en el despacho en 30 minutos y no quiero una tardanza ¿entendido?—

—si señor—

Colgué la llamada y fui directo al baño.

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