Capítulo 6

—¿que se te ofrece Tom?—

dio pasos hasta acercarse a la madre de bruno y le dio dos besos en la mejilla

—me he encontrado con bruno iba de muy mal humor ¿le han dicho a que vino exactamente?—

—mi hijo es algo difícil de tratar pero se perfectamente cómo hacer que me obedezca—

—no estoy tan seguro por lo poco que charlamos...-

—jajajaj, no me digas que lograste que mi hijo te dirija la palabra—

—no es gracioso y si, obviamente me insultó pero era algo que veía venir—

—mi hijo es como su padre aunque pase el tiempo no pueden botar el rencor—

—estoy totalmente seguro de que es así—

—violeta maxwell está preparando sus artimañas para conquistarlo nuevamente y por favor Tom no vuelvas a entrometerte en la relación de bruno y violeta si no, no vivirás para contarlo de eso me encargaré ¿entendido?—

—puede estar segura que desde aquella vez jamás hemos vuelto a...—

—no mientas Tom se que te revuelcas con violeta—

—jajajajaja y si sabe que es cierto ¿por qué quiere que bruno se case con ella?—

—es simple; los maxwell a nuestro lado significa ser dueños de más de media escocia, dos apellidos como esos unidos es crear un gran imperio más del que ya hemos creado, sacrificare a mi hijo por su propio bien con tal de que sea mucho mayor su riqueza, además aunque aparentemente nos llevamos bien ambos sabemos que ninguno quiere quedar por debajo del otro y los maxwell a travez de los años han querido superarnos-

Margaret se levantó dio pasos a la hielera echó dos cubos de hielo en dos vasos de cristal y sirvió un poco de whisky en cada uno, el sonido de sus tacones resonaba en todo el lugar era muy segura de ella una mujer que ayudó a su esposo a tener tal imperio y gozaba de ello. Su relación con su esposo no era nada bonita como aparentaban, ni si quiera tenían encuentros sexuales aunque para la prensa y los medios eran una pareja millonaria y enamorada.

Horas después bruno volvió a la casa salió de su vehículo y se encontró a su padre quien venía con varios hombres

—hijos has regresado ¿se podría saber donde te habías metido?—

—estaba dando un paseo hace mucho no disfrutaba de la ciudad—

Basilio no quedó muy satisfecho con aquella respuesta pero tampoco lo iba a molestar más

—podrías usar un chofer no es necesario que manejes tú y también guardaespaldas sabes que eres alguien poderoso podrían querer hacerte daño recuerda que tenemos enemigos ocultos—

—solo uso chofer cuando se trata de trabajo para mis tiempos libres me gusta estar solo y no te preocupes no me fui tan lejos no creo que nada malo me pase—

—bien, vamos a almorzar ¿te parece? así te hablo de algunos proyectos que tengo en mente—

Bruno no discutió con su padre, a pesar de todos sus defectos los cuales de vez en cuando le afectaban lo quería mucho subió al vehículo mientras los seguridad y choferes se subieron en sus respectivos coches también

—quiero que veas esto—

Basilio pasó su laptop a bruno donde se veía un gran terreno sin vegetación los suelos se dejaban ser secos ideal para la construcción de algún proyecto importante como hotelería, alguna industria o fábricas.

—es muy amplio, está perfectamente adecuado para crear algún hotel de lujo aunque se dejan ver muy secos los suelos con tuberías de largas distancias y unas que otras bombas de agua no sería un problema incluso se podría hacer una enorme piscina—

Uno de los colegas de Basilio quien iba en la parte delantera del coche sintió las palmadas de este emocionado

—te dije que mi hijo es una mente maestra—

Bruno tenía mucha seriedad mientras miraba las gráficas y leía todo lo referente a aquellas tierras, a la hora de trabajo se volvía un experto aunque se había graduado de administración de empresas e hizo varias maestrías, también se graduó de negocios internacionales y podía hablar cuatros idiomas, no era experto en analizar tierras pero para eso habían expertos.

—¿cuando crees que podemos pasar por estas tierras? me interesa ir con un experto en la materia quisiera saber que tan fértiles son estos suelos—

Para Basilio bruno era su cerebro apostaba siempre a que su hijo tenía buen ojo para todo cualquier negocio que se propusiera lo hacía florecer y prosperar.

***

Vuelvo a casa luego de un largo día estoy agotada pero a mi mente llega aquel recuerdo de la nada Bruno Giordano había leído alguna vez sobre él en el periódico pero nunca presté atención he escuchado hablar sobre aquella familia y sobre su gran fortuna

—que ironía, Justo yo tendría que correr con esa suerte—

Pongo algo de música para olvidarme de lo sucedido y en la radio suena la canción que sonó en su coche cuando volvíamos del banco doy vueltas escuchando las letras sabiendo que jamás encontrare el amor tampoco lo ando buscando pero en las noches frías de invierno y cuando cae la nieve tengo que quedarme encerrada en casa tal vez una compañía no sería tan mala idea pero también recuerdo cómo dolió el amor una vez que lo probé por lo tanto no quiero volver hacerlo depositar tu confianza en quien solo te veía como un juguete más.

Me ducho con agua caliente y salgo envuelta en una toalla, estoy algo cansada luego de que se haya marchado el señor millonario de mi cafetería muchos clientes llegaron al lugar y me la pase trabajando creo que hoy fue un buen día hice unos 100 euros cabe destacar que ver a aquel señor llamo mucho la atención de los clientes y pedían cosas de más con tal de estar de chismosos

—¡ay que difícil!—

Me pongo algo cómodo un pantalón con dibujitos de animales y una blusa que dejaba ver mi ombligo era mi pijama de dormir, no hacía frío dentro de mi hogar, era bien humilde pero acogedor tenía una pequeña cama un espejo y un estante donde colocaba mis ligas del pelo y peinetas también los cepillos y uno que otros aretes no tenía mucha ropa y la mayoría de ella eran parecidas pero si tenía un vestido azul como el cielo de mangas que llegaba a mis rodillas.

Ese me lo habían regalado las monjas me dijeron que lo usara en un día especial así que aún esta envuelto como ellas me lo dieron escuche un sonido en la puerta algo la golpeó me parecía extraño y entonces recodé un poco de mi pasado y aquellas palabras

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y sentí miedo apague las luces y me encerré en mi habitación tapándome con la manta sentía mi cuerpo temblar pero ya no volví a escuchar nada más unos cinco minutos después la puerta fue nuevamente tocada con piernas temblorosas me baje de la cama y fui a la cocina mire por la ventana había alguien parado en la puerta vestido de negro y con una capucha en la cabeza tragué grueso respiré profundo y me llene de valor tomé un salten el más grueso que tenía

—es hora de acabar con esto de una buena vez—

Y caminé hacia la puerta cerré mis ojos mientras agarraba la manilla y la giraba quitando el seguro levanté el salten para golpear lo que sea que estuviera ahí pero...

—¿Isabella qué haces?...

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