No me he ido del hospital pero Edward no sabe eso, estoy en la sala de espera y ha caído la noche, vi como Robert entraba a la habitación y lo ayudaba para no levantarse y quitarse los aparatos, algunos enfermeros han tenido que sedarlo y solo así se mantuvo en la cama.
- Señorita Lions- alzo mi cabeza que justo ahora parece pesar toneladas y veo a Robert frente a mí.
-¿Cómo está?- mi voz sale rasposa pero no me importa.
-Acaba de despertar, pregunta por usted- bajo la mirada y miro mis uñas, las lágrimas quieren salir de nuevo pero me digo que ya he llorado lo suficiente.
-Dile que me fui-
-Dijo que dejará el hospital para irla a buscar- ruedo los ojos pero no me sorprende.
-Estaré aquí porque me importa pero no tienes permitido revelarle eso, dile que estoy bien pero enojada porque no ha aceptado el tratamiento- él puede ser necio pero yo lo soy más, el hombre parece entenderlo cuando asiente y se va.
Ese hombre es un mafioso, me recuerdo.
Vuelve dos minutos después, solo él con una