61. No seas impaciente
La habitación se llenó de una calidez reconfortante mientras Noah y Alessia disfrutaban de su mutua compañía, exploraban ese lazo profundo y apasionado que los unía. La risa ligera de ella resonaba en sus oídos, y Noah no pudo evitar sonreír al verla brillar con felicidad. El deseo que los envolvía era acompañado de una conexión más allá de la mera atracción, una complicidad que ni siquiera necesitaba palabras para manifestarse.
Mientras la guiaba hacia la tina, Noah se percató de los pequeños detalles que ella había dispuesto en su oasis personal. Las velas, los aromas suaves y los frascos decorativos creaban una atmósfera casi mágica. Alessia lo miró con una sonrisa traviesa, claramente disfrutando la sorpresa en su rostro.
—¿Estás seguro de que puedes aguantar otro "postre"? —bromeó ella, mientras se deslizaba en el agua caliente que llenaba la tina e invitándolo con una mano.
Noah se rio y se unió a ella, acomodándose a su lado en el pequeño, pero acogedor espacio de la tina. La ca