By Any
Se levantó, para ver que había en la heladera para desayunar o almorzar.
Cuando está saliendo de la habitación, yo me había acomodado para seguir durmiendo un ratito más, gira sobre sus pasos y me pregunta cuales son mis gustos en comidas, yogures, leche, galletitas, sabores de mermeladas, café, capuchino, comida preferida, y un montón de cosas relacionadas con las comidas.
-¿Para qué querés saber todo eso?
Le pregunto luego de contestarle.
-Quiero que estés cómoda en casa, que comas lo que te gusta, le agrego lo que me dijiste, a la lista que le dejo a la señora de la limpieza para que compre tus preferencias…¿Qué marca de shampoo usás?
Me levanté y salté sobre él.
Le crucé las piernas por su cintura.
-Sos divino, cómo no amarte.
Le dije besándolo.
Nos quedamos los dos callados.
Mierda, dije algo que no tendría que haber dicho.
Nos seguimos besando y pasó el momento de las palabras.
A lo mejor no escuchó.
Nos dejamos de besar.
Yo volví a la cama y me tapé.
-Levántate pendeja,