Por Camila
Estuve nerviosa toda la semana, me siento mal, cada vez que veo a Javi estoy tentada a tirarme en sus brazos.
De todos modos, estudié y me preparé toda la semana, el lunes rindo una materia y el martes la última, estoy emocionada.
El domingo voy a la fundación, hace un montonazo que no veo a los chiquitos ni a Lilian.
Estábamos jugando un juego de mesa con 5 chiquitos, tres parejas de 2 participantes, cuando levanto la mirada y veo a Javi observándome.
-Hola Cami ¿Cómo estás?
-Bien ¿Y vos?
-Quería ver las obras para saber qué hace falta para finalizarlas.
Sin pensarlo dos veces me levante y corrí a abrazarlo.
-Gracias Javi, gracias de verdad.
Le digo y cuando me doy cuenta nos estamos abrazando fuerte, estamos temblando los dos, nuestros cuerpos se reconocieron, él me levantó la cabeza para mirarme a los ojos.
Nos miramos unos minutos, sin decirnos nada.
Saqué fuerzas no sé de dónde y me separé, pero me di cuenta cuanto lo extraño, tengo ganas de llorar…
Trato de reponerme.