Su voz resonó hasta acá, y el silencio cayó en ambos lados. Néstor, con una sonrisa burlona, me preguntó, —Olivia, ¿qué decías?
—Dije que no deberíamos volver a tener contacto.
Néstor sacudió la cabeza. —¿Y la frase anterior?
—Te dije que gracias.
Él apretó los dientes y respondió con voz ronca, —Estoy en el Club Éxtasis. Si quieres darme las gracias, ven y hazlo en persona… a ver si tienes el valor.
Sentí una mezcla de diversión y desafío. A juzgar por la expresión de Néstor, parecía que no esperaba un agradecimiento, sino que más bien quería que fuera a armar un escándalo.
—Voy.
Mi respuesta fue firme. No me gusta deber favores, aunque sabía que agradecerle a Néstor no sería tan fácil como parecía.
Corté la videollamada. Al recordar el atuendo relajado de Néstor, decidí vestirme con ropa casual. Me miré en el espejo, viendo mi cabello a la altura de los hombros; aún me sentía algo extraña con el cambio.
El Club Éxtasis es el sitio favorito del círculo para pasarla bien; el s