Parte 8

MARATÓN  2/3

Ara – pues fue el quien me lo hizo y la verdad no quiero hablar de eso

Axel – está bien

Sin darme cuenta llegamos a la universidad, me despido y voy a mi salón, al llegar me encuentro a Gabi la saludo.

Ara – hola Gabi

Gabi – hola… ¡pero qué coño te paso en el cuello!

Ara – no es nada

Gabi – ¿cómo que no es nada? está muy feo

Ara – no quiero hablar de eso, mejor dime ¿Cómo está mi hermano?

Gabi – bien, mi hermano está checando su inscripción para que entre a estudiar con nosotros, mañana le voy hacer una fiesta para presentarlo a la manada (mi hermano sí que tuvo suerte al tocarle una mate como Gabi)

Ara – okey, a ¿qué horas?

Gabi – a las 7 pm

Ara – okey, ahí estaré

Voy a mi lugar, en eso entra Yolanda y Eduardo con la mirada me busca, yo agacho la cabeza la verdad no quiero verlo, no tarda entrar todos los alumnos y la maestra atrás, para dar comienzo a la clase, en eso Gabi alza la mano.

Maestra – dime Gabriela

Gabi – ¿puedo hacer un anuncio?

Maestra – claro

Gabi se para, se pone enfrente de todos y habla.

Gabi – solo para hacerles una invitación, mañana haré una fiesta para darle la bienvenida a mi novio, todos están invitados, gracias maestra.

Gabi regresa a su lugar y la maestra empieza con las clases, así paso toda la mañana de clases en clases, tocan el timbre agarro mi desayuno y salgo del salón, voy a una de las mesas de la cafetería tomo asiento para ponerme a desayunar a gusto, Gabi fue por su desayuno para comer juntas, en eso el loco viene con la zorra de Yolanda agarrados de la mano, al verlos así siento algo extraño como si me molestara verlos así, vienen hasta mi mesa y se sienta Yolanda en las piernas de Eduardo, yo miro para otro lado cuando llega Gabi.

Gabi – hola Eduardo, Yolanda

Eduardo – hola Gabi (la saluda sin dejar de verme)

Yolanda – hola Gabi (con su voz de zorra)

Gabi – para ti Gabriela (yo sonrió por dentro, toma perra) 

Yolanda – amor vas a dejar que me hable así

Eduardo – ya chicas no estoy de humor para sus peleas (el maldito loco no me deja de ver y ya es incómodo)

Gabi – Ara vas a ir verdad

Ara – claro es mi hermano (le digo mientras desayuno, tratando de hacer como que el loco no está en la mesa)

Gabi – y tu Eduardo vas a ir

Yolanda – claro que vamos a ir, a ti que te paso en el cuello…

Ara – nada que te importe

Yolanda – claro que no me importa, pero al parecer tu mamá no te entreno bien como guardiana, es una inútil como tú. (cuando dijo eso, me lleno de rabia y mis ojos cambiaron de color, aprieto los puños con mucha fuerza para no matarla, aunque tengo muchas ganas de hacerlo por hablar de mi madre)

Ara – cuida tus palabras, de mi madre nadie habla y mucho menos enfrente de mí.

Eduardo - ¿Por qué tus ojos cambiaron de color Araceli?

Yolanda – porque es un fenómeno mi amor

Me levanto de la mesa y la golpeo con mucha fuerza haciendo que se rompa.

Ara – ¡cállate m*****a loca!, soy capaz de matarte y no me importa el castigo.

Eduardo – ya basta las dos, vamos a la manada Araceli.

Me agarra de la mano para llevarme arrastras y trato de zafarme, pero él es mucho más fuerte que yo, así que trato de resistirme, pero es inútil porque me arrastra por toda la escuela, estaba hablando con alguien, pero no tiene celular debe ser por link, mi mama me conto algo, que entre ellos se comunican.

Ara – suéltame idiota, yo no voy a ir contigo a ningún lado.

Eduardo – no, quieras o no vas hablar conmigo y me vas a decir ¿quién eres?

El maldito me carga como un saco de papas, pataleo para que me baje, pero no consigo nada, salimos de la escuela y me sube a su carro.

(…….)

Llegamos a la manada él se baja y rodea el carro abre la puerta.

Eduardo – bájate Araceli

Ara – ¡NO!

Eduardo – okey, luego no te quejes

Me toma de la mano y me jala hacia el para cargarme como saco de papas otra vez, le pego en la espalda y como si nada el sigue caminando como si nada.

Ara – maldito idiota bájame (le pego en las pompas y él se detiene)

Eduardo – no me vuelvas a pegar o no respondo.

No le hago caso y le vuelvo a pegar, cuando siento un golpe en mis pompas brinco del susto, mientras el me pega y yo a él por todo el camino hasta llegar a la casa, va subiendo las escaleras, camina hasta mi habitación abre la puerta y me avienta en la cama.

Ara – eres un animal

Eduardo – ya lo sé, no sales de aquí hasta que me digas ¿quién eres? Y ¿Qué haces aquí?

Ara – ya te dije a que vengo, no tengo la culpa de que no entiendas.

Me iba a levantar cuando me vuelve a empujar cayendo en la cama otra vez y él se pone encima de mí.

Ara - ¿Qué haces?, quítate loco pervertido.

Eduardo – dime, no te quiero hacer daño

Ara – más de lo que me has hecho

Se quita de encima de mí, respiro profundo y suelto de golpe el aire, me incorporo.

Eduardo – quiero saber que eres, hueles a humana pero lo que vi hoy en la universidad me tiene desconcertado y luego está el hecho de que tu hermano es un lobo.

Ara – está bien, si con eso me vas a dejar en paz, lo que te dije en tu oficina la otra vez es cierto, Tom no es mi hermano sino adoptado, mi madre se lo encontró en una manada que fue atacada por los vampiros y lo adopto como su hijo.

Eduardo – tu ¿Cómo tienes las habilidades de un hombre lobo?, hueles a humana y guardiana.

Ara – mi papá es un hombre lobo un Alpha, eso fue hace muchos años atrás. cuando mi mamá era guardiana su primera misión fue asignada en la manada de mi papá porque ellos estaban en guerra con los vampiros, mandaron a varios guardianes para ayudar entre esos estaba mi mamá, después de ganar la guerra se hicieron amigos el paso del tiempo mis padres se enamoraron, pero mi padre aun no encontraba a su mate y ellos hicieron un acuerdo que su amor va a durar hasta que mi papá encontrara a su mate, pero no contaron que mi mamá que daría embarazada de mí, al tiempo que mi papá encontró a su mate.

Eduardo – ¿pero él sabe de tu existencia?

Ara – no, cuando mi mamá le iba a decir, mi papá le dijo que encontró a su mate y terminaron la relación que tenían, como mi mamá no es su mate yo no soy 100% lobo, solo tengo las habilidades de un lobo, más no puedo transformar en uno.

Eduardo – jamás había escuchado algo así, ¿pero hay muchas como tú?

Ara – no, soy la única en mi especie, mi madre dice que soy un milagro.

Eduardo no dice nada más y se da la vuelta sin decir nada más, sale de mi habitación y yo me quedo ahí parada por unos segundos, para después a costarme en la cama y descansar un rato por todo lo que ha pasado hoy, fue un día agitado o más bien cansado.

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