Los dos sentíamos esa corriente y Fabián se sentía feliz al volverme a ver de nuevo, sin embargo, yo no sabía que era esa extraña corriente el por qué me sentía tan extrañamente bien a su lado, llegamos a la cafetería, pedimos un café venía callada, pero le sonreí.
— Sabes, me está pasando algo similar a lo que me contaste — le dije mientras enfriaba mi café.
— ¿De verdad? - me pregunta Fabián sonriendo.
— Si tengo la sensación de haber vivido esto antes — le dije mientras miraba a Fabián.
Esa mirada qué para mí era tranquilizadora nos mirábamos fijamente, pero él se acerca más a mí.