Son exactamente las seis y media de la mañana cuando una tropa de Guerreros, Alan, su hermano, Dania y los Cox se encuentran en el territorio de Diamond Moon; al ser la manada más cercana a Reddish Moon quien tiene frontera con Suecia, y con el apoyo del no titulado Alfa Ignat, es mucho más fácil para ellos.

—¿Están listos? —cuestiona Dania. Todos asienten—. Ahora.

Los huesos crujen, el pelaje brota, las garras saltan al aire, los rugidos llegan, las patas resuenan contra el suelo.

Dania, Leander e Ignat sonríen al ver las pulseras en las patas de los licántropos y lobos, ajustándose perfectamente a su forma. Luego, cuando ella hace la señal y las pulseras reciben el cambio de forma, cardiganes de cuero negro hechos casi a la medida, y un saco de cuero marrón de medio metro aparece guindado del lado derecho.

Adriel silba asombrado, ajustándose el cárdigan y sacando una navaja del saco.

Todos los demás se quedan en shock.

—No tengo palabras para esto —dice Raphael.

Dania sonríe ampliam