—Conozco la historia de tus antepasados, y la de tu manada aliada, ¿qué te hace pensar que voy a confiar en ti? —cuestiona Dania.

Oziel exhala, sentándose de nuevo en la cama. No tiene energía. Solo la muerte de Abigail lo había dejado así de abatido. Tiene más de quince años siendo Alfa de esta manada, más de eso conociendo y planeando este momento, solo para querer desvanecer todo.

Sabe que no debe confiar en Dania, que no conoce sus intenciones, pero la parte emocionalmente inestable de su licántropo lo empuja a sincerarse.

—Ya me escuchaste. Envié unos hombres a buscarte y decliné porque… Ya no quiero esto. Prefiero… seguir luchando con nuestra limitaciones de Zoryak a hacerle daño a otras personas, especialmente a la familia de mi…

No puede seguir, porque su marca arde. Se lleva la mano al cuello, desviando los ojos con bastante nostalgia. Dania ve todo esto. Y ahora lo entiende.

Su compañera destinada. Algo sucede con ella, por eso parece tan… perdido. No emana la fuerza de un A