Por Antonella
Salgo de mi habitación dejando la puerta entreabierta, para que Fabrizio pueda salir más tranquilo, prestando atención a los pequeños ruidos y a las pisadas.
-¡Cómo tardaste en bajar!
Dice Teresa.
-Es que me estaba duchando y el agua estaba divina.
Sandy me mira, queriendo adivinar si lo que digo es cierto.
-Tía ¿Vamos a caminar?
Me pregunta la pequeña Mya.
-Si, mi princesita.
-Te acompaño, Anto.
Dice Sandy.
Le sonrío, no voy a poder guardar mi secreto por mucho tiempo más.
Aparece Fabrizio y apenas dijo un hola.
-¿En dónde estabas?
Escucho como le reclama Pía.
-Estaba caminando por el campo, es inmenso.
-Me hubieras dicho e iba con vos.
Dice su novia.
Sandy sonríe porque yo estoy sonriendo.
-Ahora se llama caminar.
Dice mi prima.
-Sí mamá, estamos caminando.
Contesta inocentemente Kate.
Pronto las niñas se soltaron de mis manos y corrieron delante nuestro.
-¿Qué pasó?
Pregunta Sandy, sin perder tiempo.
-Se metió en mi habitación...le dije que estaba loco, pero…terminamo