Hannah aún permanecía frente a Joel tratando de entender sus palabras, quién podría ser más importante que su mujer, la madre de su hijo, Max no andaría con otra mujer.

_No te creo. ¡Hazte a un lado!

_Hannah, me pones en una situación muy incómoda, seguramente cuando termine su reunión con la princesa pida por tí, le dijo Joel mirándola fijamente.

_Evita conflictos con su Majestad.

_Esta bien. No quiero ocasionar problemas, de todos modos he vistos a sus guardias moverse, de seguro están por partir. Esperaré en mi habitación, dile a su Majestad.

Joel asintió mientras la veía partir, aunque Hannah no estaba del todo tranquila decidió esperar antes de hacer el ridículo.

“No importa que historia haya existido por qué de todos modos eso ya es pasado”, se dijo así misma e ingreso nuevamente a su aposento.

Max abrió la puerta para despedir a la princesa Lorna y vio a Joel parado en la puerta a punto de tocar.

_¡Al fin apareces!, sonrió Max al verlo. En ese momento Joel hizo una pausa y en