Dalila.
-Bueno, supongo que la raza estaba destinada a morir entonces. - Dije encogiéndome de hombros.
Habían pasado tres semanas desde que habíamos salido de Trueno con el Alfa pisando nuestros talones. Gracias a que Kell me había hecho caso, ahora nos encontrábamos en una linda villita propiedad de Carl. Yo me he dedicado religiosamente a obtener el bronceado perfecto mientras las felices parejas se toman muy en serio lo de repoblar la tierra. Charlie, Adam, los cachorros y yo disfrutamos de la piscina, los mayordomos y los masajistas.
-Sé seria por un minuto. Si lo que dice Bella es cierto, entonces de alguna manera estás cambiando el destino. - Dijo Adam pensativo.
- ¡Qué se joda el destino! - Dijo Charlie arrojando pedazos de queso a los cachorros que meneaban la cola encantados de ser tratados como perros. - Mi amor Dalila merece más que ese intento de hombre.
En los últimos minutos habíamos estado debatiendo sobre las crípticas palabras de Bella. Ella llegó a nosotros casi como