Estas palabras, como si cuestionaran a Sofía, la dejaron en una situación bastante incómoda.
Sofía se defendió al instante: —No, no lo sabía. Me probé el vestido y luego me di cuenta de que era de Daniela.
—¿Estás diciendo que las dependientas de mi estudio no hacen bien su trabajo, entregando a cualquiera los vestidos reservados a otros clientes?
Alicia dirigió una mirada muy severa al gerente: —¿Quién permitió que se probara este vestido sin autorización?
El gerente estaba en una situación algo difícil.
Entre las personas presentes, no se atrevía a ofender a ninguna.
Sofía solo pudo mirar a Sebastián con ojos llenos de incomodidad.
Sebastián intervino: —Alicia.
Apenas habló, Alicia lo interrumpió: —Estamos hablando entre mujeres, tú cierra de inmediato la boca.
Las palabras de Sebastián quedaron atrapadas en su garganta.
Alicia se volteó hacia el gerente y dijo en tono autoritario: —Ve a buscar a la persona responsable. Quiero saber quién se atrevió a romper mis reglas.
Sofía sintió