Dylan.
Estoy con los niños, pero Liz se dilató mucho hablando con sus amigos, dejó a los niños jugando y les digo que después regresaré y salgo de la habitación para ver qué es lo que está pasando, pero resulta que Liz no está y salió con el idiota, estoy que me hierve la sangre de enojo y celos. Al hablar con la amiga de Liz veo que las dos comparten mucho y veo amor en sus ojos.
Una llamada entrante de mi guardaespaldas.
—Señor, le tengo una mala noticia, es su esposa.
—¿Qué pasa con ella?
—Señor, un hombre la secuestró y ahora los estoy siguiendo