Narra David de María
–Danos unos diez minutos y nos vemos en la calle afuera del hotel – Pedí a mi madre y corté la llamada.
Alondra me miraba un poco extrañada sin soltarse de mi abrazo, poco a poco nos separamos y le pasé su ropa para que se vistiera. Tomé mi ropa e hice lo mismo y termine de vestirme, acomodé todo en la mochila, una vez que Alondra estuvo lista, bajamos a reunirnos con mi madre quién ya nos esperaba afuera del hotel. Llevé a Alondra al auto con mi madre y volví únicamente a entregar la tarjeta de la habitación, enseguida salí, para reunirme con ellas.
–Listo madre, ahora si podemos irnos. Muchas gracias por pasar por nosotros – Dije apenas me subí al auto.
–Hijo supongo que no le alcanzaste a decir nada aún a Alondra – Afirmó mi madre.
–Supones bien madre. No le he dicho nada a Alondra aún, pero prefiero que nos vayamos y le iré contando en el camino.
–David, ¿Qué está pasando amor? Me estoy poniendo nerviosa – Me preguntó Alondra asustada – Me da miedo no saber l