- Como dijo, nos conocimos ayer en clase.
- Está bien. Elias no habla con la gente, así que eso me suena un poco raro- insiste, sus ojos me escudriñan y me hacen sentir un poco incómoda.
- Ayer llegué tarde y el único lugar estaba junto a él. Cuando me senté, le pregunté qué me había perdido en clase. Hablamos un poco más sobre una tarea que nos dieron, pero eso es todo.
- No te asustes, nena. Te creo. Es solo que soy su gemela. Él nunca ha sido alguien que se inicie con la gente, así que me sorprendió saber que hizo un... amigo. Y al parecer una chica mala- sonríe.
- No soy mala, llegué tarde sólo una vez
- No hay necesidad de tener un aneurisma cerebral. No puedo hospitalizar a la primera amiga de mi hermano. ¡Nunca tendría otra!
Reímos juntas. Aparentemente pasé la prueba porque ahora está bromeando y riendo conmigo.
- ¡Traigo el café!- Elias dice nerviosamente mientras se acerca a nuestra mesa.
Los tres