—Creo que debo recordártelo, Leia — mencionó el rubio y tras dejar sus senos, separó su cabello para poder besar su cuello, Leia ya no pudo contener sus gemidos.
La respiración de la joven escapaba por sus labios y sus pechos se movían a un ritmo constante y profundo, Caleb estaba disfrutando eso, mientras pegaba más su cadera contra ella y marcaba la parte trasera de su cuello… la sintió más de él.
—Por favor… no ha-hagas eso…o no…me podre controlar – suplicó la chica jadeante y ruborizada.
—Voy a hacer mucho más que esto, Leia— Le prometió al bajar el cierre de tu pantalón y desabrochar el mismo, para en un segundo exponer su hinchado y dolorido miembro, jadeó al imaginar lo que seguía.
—Caleb— lo nombró asustada