+
—Amor pronto llegaremos a nuestro destino y quiero que hagas una cosa por mí, quiero que aceptes ponerte esta venda en los ojos y no preguntes por qué —el auto se detiene, mis ojos se abren y una sonrisa alocada se hace presente, me esperaba algo así, pero no tan pronto, no me tocó de otra que asentir, agarre el pañuelo y como una niña obediente me lo puse en mis ojos.
Ja, ja, ja, de pronto me causó risa, por qué mi amado no están misterioso o de las personas que pueden disimular, desde aquí puedo detectar su nerviosismo y las ganas de gritarme que me tiene una sorpresa.
—Está bien, pero te advierto que a veces las cosas no pueden salir como uno las espera.
Aaaah, por dentro estoy que pego un grito al cielo, soy una mujer feliz que quiere solo disfrutar de todo lo maravilloso que su esposo le está dando.
Al ponerme la venda en los ojos Adal continúa conduciendo, tengo nervios, muchas cosas pasan por mi cabeza que no sé cuál de todas son las que acertaré.
Después de unos minutos