Diana.
Llega la noche y como a pasado desde que desperté Max llega a mi recamara para dormir a mi lado pero sigue actuando como un niño regañado y se detiene a un lado de la cama, me mira de reojo pero cuando lo volteo a ver desvía la mirada.
-¿ ocurre algo ?
-¿ sigues molesta conmigo ?
No puedo creer que Max siendo un hombre adulto, fornido y que puede intimidar con la mirada a las demás personas se sienta intimidado por mi, doy un suspiro con un poco de cansancio.
-no, pero no me gusta que me trates como si fuera de papel.
-Diana solo me preocupo por ti.
-ya lo sé pero Max me as puesto como a viente guardias a cuidarme, no puedo dar ni un solo paso sin qué me sigan, me tratas como si fuera una prisionera.
Max se sienta en la cama a mi lado y toma mi mano en la cual da un casto beso y me mira con cariño.
-no quiero que te sientas así mi dulce amor solo deseo cuidar a las dos personas más preciadas para mi.
Max coloca una mano en mi vientre y la acaricia levemente