..Con el peso de su cuerpo nuevamente me inmoviliza.

- Quieta, quieta, que te voy a f*llar como lo que eres, MI P*TA, abre la boca – ordena.

- No quiero – respondí, girando mi cabeza a un lado para esquivarlo.

- ¡Ábrela! – insiste.

- Dije que no – le grito en su cara.

………

A lo lejos siento un ruido que perturba mi sueño, ¡ah ya sé!, es una de las diez alarmas que tengo para despertar, ¡que ganas de seguir durmiendo! Apago la última creyendo que puedo descansar un ratito más, pero pasan segundos antes de que vuelva a sonar. Cuando veo la hora ¡YA ES TARDISIMO! ¡Me quedé dormida!⏰, nuevamente voy a llegar atrasada a mi trabajo en el hotel. Corro al baño, me quito el pijama a la velocidad de la luz y me meto a la ducha, cepillo mis dientes dentro de la tina con mi mano derecha mientras que con la izquierda intento lavar mi largo cabello. Me visto rápido y para que no suene mi estómago hambriento, saco un puñado de cereal que voy comiendo mientras busco mis zapatillas. En eso, tropiezo con la PlayStation de mi sobrino y por casualidad piso su juego favorito “FIFA 2022” y lo peor de todo es que se rompió 😨 Uuuuufff ¡la madre que me parió!, ¡Benja me va a matar! Mejor lo escondo en mi mochila, necesito tiempo para contarle lo que acaba de pasar y ahora no puedo ¡voy atrasada!

Salgo de la casa rápidamente y corro hasta el paradero, que para variar está lleno de gente esperando locomoción. Menos mal que encuentro a una de mis mejores amigas, mi Anto querida.

- Vamos atrasadísimas - reclama Antonia.

- ¡Nahhh!, ¿en serio? - respondo mientras sonrío burlescamente.

- Sí y para colmos la micro aún no pasa - dice con pesar.

- El pelao nos va a hacer trabajar extra, te aviso, expresé con preocupación.

Con Anto y mi amiga Larissa tenemos un trabajo de media jornada en uno de los hoteles más prestigiosos de la región, no es mucho el pago, pero nos ayuda con los gastos de la universidad. Nuestro jefe es Don Jorge y aunque es muy estricto, es una buena persona, de cariño le decimos “pelao”. Nos autodenominamos sus favoritas, ya que somos muy trabajadoras, lo que no nos va a salvar del castigo por llegar nuevamente tarde. No es culpa de nosotras que en La Serena la locomoción sea tan terriblemente mala, pareciera que justo en las mañanas cuando hay más gente es cuando menos aparece la movilización. Mi pensamiento siempre es que algún día tendré un autito, o al menos una moto scooter, cualquier cosa que me dé más independencia.

Sumida en mis pensamientos, veo que a lo lejos viene la micro y con ello, inicia esa batalla campal de empujones, dimes y diretes.

- ¡Oiga! deje subir a la viejita -dice un pasajero.

- ¡Hey! ¡yo estoy hace media hora! -empuja otro.

- ¡Denle el asiento a la embarazada! – le gritan a un estudiante.

Después de algunos empujones por fin estamos dentro y avanzando en el camino ya cada individuo es una isla, nadie mira a nadie, y la mayoría usa audífonos para olvidar que vamos apretados como sardinas y que tenemos que ir así al menos unos 20 minutos más. Es lo bueno de vivir en una ciudad como La Serena, no tienes grandes trayectos como en la capital. Cuando por fin hubo un asiento desocupado, le hice señas a Anto para que me pasara su mochila y así fuera menos cargada. Busco los audífonos para escuchar mi música favorita y en el playlist aleatorio suena la canción “Gorillaz” de Bruno Mars. Al escuchar su letra - porque sí, también sé algo de inglés - mezclado con la melodía de la canción, empiezo a imaginar que estoy en mi cama y entra un hombre alto, con un cuerpo escultural, que me destapa, recorre mis piernas con sus poderosas manos mientras levanta mi pijama 🥵. Sin darme cuenta, me empecé a excitar, cierro los ojos y veo como estoy siendo follada salvajemente por ese hombre. Yo misma saboteo mis pensamientos al darme cuenta de que estoy en la locomoción, ¡no puedo estar pensando en eso mientras voy con tanta gente!, ¡pero que pervertida!

No debo culparme por tener este tipo de pensamientos y desear sexo salvaje, es decir, es normal para una chica de 25 años que ha tenido sólo una experiencia sexual en su vida, ¿no? Y es que mi primera vez con Javier no fue de las mejores, ni siquiera sé si perdí o no la virginidad, fue algo casi cómico porque me penetró sólo unos centímetros y salió de inmediato diciendo que no estaba listo aún, además, su miembro era pequeño 😂. No es que tenga grandes referencias, pero puedo decir que era bajo el promedio de los chilenos, diría que era de unos 7 centímetros “emocionado”. Años después me enteré de que era gay, lo encontré besándose con su mejor amigo mientras le agarraba el pene por debajo del pantalón, ahí todo calzó.