Pov Vanessa:

No podía dejar de ver ese paquete entre mis manos, mi corazón estaba tan acelerado mientras las lágrimas no dejaban de caer.

¿Podría ser que yo estaba esperando al hijo de Leonardo? Había pasado exactamente 12 dias desde la última vez que estuvimos juntos.

El tiempo suficiente para que una chispa de esperanza se encendiera dentro de mí.

Eran tantas emociones que apenas y me mantenía en pie. La primera en llegar fue la culpa, había estado tan ocupada con todo que no noté que mi periodo no llegó. Los primeros meses son fundamentales.

La segunda era felicidad, de solo pensar que aquí adentro estaba creciendo un hijo nuestro me robaba una sonrisa.

La tercera era la lógica. ¿Y si esto era una falsa alarma? Sabía que no me tenía que emocionar de más. Había estado bajo mucho estrés y yo como medica ginecóloga se perfectamente que hasta el más mínimo detalle afecta al cuerpo de maneras diferentes.

Pero me quería aferrar a la idea de que estaba embarazada.

Recordé