XIII. Me encanta ver la cara apestosa de mi exnovio
Este momento de mute general, me recordó esas caricaturas donde es de noche, hay un silencio sepulcral y de repente solo se escucha el canto de un grillo.
- Es imposible, ella…- la voz de Dylan, rompió con estos segundos extraños, donde todos se quedaron en silencio, como si el mundo se hubiese puesto en pausa.
- Nos alegramos mucho por las nupcias del presidente- interrumpió las próximas palabras de Dylan, el hombre que estaba a su lado. Al parecer consciente de que el chico que tenía a cargo de guiar y aconsejar iba a hacer alguna de sus movidas estúpidas nuevamente- Bienvenida a la familia Wilde, Sra. Alexa- agregó mirándome con cortesía, a su lado, Dylan, que se vio obligado a cerrar la boca a la fuerza, apretaba los puños hasta que se pusieron blancos sus nudillos y estoy segura de que debería estar mentando de forma desagradable en su cabeza, a todos mis antepasados y futuros descendientes.
El resto de directivos pronto salieron de su estupefacción y comenzaron a felicitarnos