Cuatro años más tarde
Escucho los gritos de los gemelos, otra vez están peleando para ver quién de ellos carga a su hermana.Me dirijo al living antes de que suceda una caída como pasó la otra vez.Jack y Nick están empujándose, mientras Rebecca balbucea levantando sus bracitos para que la saquen de la cuna. Apenas me ve y chilla, unos pequeños hoyuelos se marcan en sus mejillas regordetas.—Aww, ven acá mi amor —digo cargándola.Cuándo nació parecía una muñeca con esas espesas pestañas y su mirada verde, tal como los tenía mamá. Al verla por primera vez, no dudé en llamarla como la mujer que me dió la vida.—Mamá, Jack no quiere que cargue a Rebec —dice el más tranquilo de los gemelos.—¿Qué les he dicho? —pregunto mirándolos a los dos.—Que Rebecca no es un juguete —responden al unísono.—Entonces no se estén peleando para cargarla. Aún están pequeños se