Ubicado en la vegetación costera, con vistas a las tranquilas playas de la Reserva Marina Punta Noroeste, la familia de Kaleb, junto con Boris, finalmente llegaron al Complejo Matara Turcas y Caicos.

Sin duda, el complejo ofrecía el alojamiento más privado, a la vez que contaba con villas de diseño moderno y un servicio de primera.

Después de viajar en camioneta a través de una espesa vegetación y caminos sinuosos, llegaron al área de la recepción del complejo y a partir de ahí viajaron en un cochecito a su villa de cuatro habitaciones.

“¡Oh, Dios mío, Kaleb! ¡Esto es increíble!”, exclamó Scarlett, tan pronto entraron por las puertas de las villas. Sus ojos se agrandaron ante la impresionante vista. La villa era como un minicomplejo. Cada una de las cuatro habitaciones fueron construidas por separado con unos doscientos pies cuadrados de distancia entre ellos.

Entre las habitaciones estaba la espaciosa sala de estar y la cocina. Justo al frente había una enorme piscina privada que