“¡Kaleb! ¡Liam!”. Scarlett se veía angustiada. Estaba corriendo como el viento por las calles de Braeton, persiguiendo a un hombre.

“¡Déjame ir! ¡Déjame ir!”. Mientras vestía ropa formal, Liam gritaba. Sus piernas pateaban al hombre encapuchado, quien estaba intentando subirlo a una camioneta tintada.

Kaleb interfirió, interponiéndose entre el extraño y Liam. Estaba vestido con un traje negro y también llevaba gafas de sol.

Una pelea comenzó. Kaleb estaba empujando sus brazos y piernas mientras intentaba mantener a su hijo a salvo. Sus movimientos eran hábiles, nunca dejó pasar un ataque. Parecía como si los ataques de sus oponentes se reprodujeran en su cabeza en cámara lenta.

Mientras tanto, Scarlett se encontró alrededor de la lucha. Kaleb lanzó a Liam en su dirección y el niño voló, sus brazos extendidos. Scarlett atrapó a Liam y, mientras sujetaba su cintura, dio una vuelta completa. Los pies de Liam terminaron pateando a los hombres que intentaban llevárselo.

Pronto, Scarlet