—¿Necesitas algo? —preguntó Ximena con frialdad.
Lisandro se sintió desanimado.
—¿No vendrás a quedarte conmigo?
—¿Por qué debería hacerlo?
—Somos esposos. ¿Dónde más deberías dormir si no es en mi habitación?
—¡Voy a dormir con Mari!
—¿En una cama individual? ¿Cómo van a hacerlo?
—Hemos crecido jun