Capítulo 0853
Tan pronto como Autem terminó de hablar, el aire en la sala de estar se volvió tenso, tan silencioso que se podría oír caer un alfiler. Lisandro, sin decir una palabra, apoyaba una mano en la mesa y sostenía un bolígrafo con la otra, golpeando la mesa rítmicamente. Aunque el sonido no era fuerte, ca