Se dio la vuelta para irse, pero Ernesto la detuvo.
—¿A dónde vas tan tarde?
—Voy... voy a preparar un poco de leche.
—¿Por qué llevas el teléfono?
Ernesto salió del baño, fijando su mirada en el teléfono que Inés ocultaba en su manga. Como un fantasma, apareció de repente detrás de ella, arrebatánd